Un día de 1930, los hermanos Silvestre y Quinto Ferrari iniciaron su primer cultivo. Hincando en la tierra manos, deseos y esperanzas. Y así se creció, sumando al esfuerzo, las férreas voluntades de otra generación: los hijos de Silvestre y Evangelina: Omar, Osvaldo y Horacio, y los de Quinto y María: Luis, Alfredo, Quinto y Mario, sangre joven formada a la escuela de sus mayores, pero sumando panorama y tecnología del mundo.
Hoy, los fundadores de esta empresa y algunos de sus hijos, físicamente ya no están, pero ese sólido núcleo familiar se mantiene, porque a la segunda generación se fueron incorporando paulatinamente la tercera y la cuarta, las nietas, nietos y bisnietos de los fundadores aportando más sangre joven llena de pujanza y vitalidad. Ese legado que ellos dejaron a sus hijos, de emprender cualquier tarea que realicen con humildad, honestidad y constancia, fue la base que forjó lo que hoy es FERRARI HNOS. S.A., un grande entre los viveros productores del país.